Previenen adicciones y conductas antisociales en niños mexiquenses de primaria.

Naucalpan, Estado de México
Jueves 10 de Abril de 2008.

Ocium, prevención de adicciones y delincuencia, institución constituida ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), aplica un modelo de educación preventiva de adicciones y conductas antisociales en niños de 6 escuelas primarias del Estado de México, que atienden a 2 mil 199 menores, y se encuentran ubicadas en los municipios de Naucalpan, Atizapán y Tlalnepantla.

Lucia Cecilia Gómez Favila, vicepresidenta de esta institución de asistencia privada, explicó que el objetivo del modelo educativo es brindar formación integral que les permita reforzar su personalidad en lo espiritual, psicológico físico y social, y es efectuado mediante círculos de apoyo, juegos, cantos, sociodramas, pláticas, foros, baile y obras de teatro.

Para que el modelo sea exitoso, “es necesario involucrar a los maestros y padres de familia, a fin de reforzar la formación de los menores en la escuela y en el hogar, así como procurarles actividades sanas y recreativas, pues sólo conformando un muro de prevención se logrará evitar que las drogas penetren al círculo familiar, señaló la vicepresidenta de la Institución.

Expresó que las drogas no sólo arrancan la salud de millones de seres humanos, también causan desintegración y sufrimiento familiar; además, conducen a la delincuencia y otras conductas antisociales.
Señaló que en los últimos años, el rango de edad, donde se encuentra un alarmante nivel de consumo de drogas ha disminuido, tratándose de menores que cursan sexto año de educación primaria y que escasamente cuentan con 12 y 13 años.

De acuerdo con la experiencia de Ocium, prevención de adicciones y delincuencia, institución constituida desde el 2003 ante la JAPEM, organismo sectorizado en la Secretaría de Desarrollo Social de la entidad, la edad más frecuente para iniciar el uso de drogas inhalables es a los 14 años; la marihuana alrededor de los 15 años, y la cocaína a los 16; algunos menores inician la experimentación con estimulantes de tipo anfetamínico entre los 14 y 19 años. Además de los enervantes, hay que sumar los productos de consumo “legal” como son las bebidas estimulantes a base de taurina y carbohidratos mezclados con alcohol, así como los cigarrillos, artículos a los que los menores tienen más fácil acceso ya que su venta es abierta al público, precisó la representante de la institución.

Indicó que el consumo de estos productos provoca en los menores conductas antisociales, baja autoestima, detrimento del rendimiento escolar, trastornos alimenticios, depresión crónica, sufrimiento familiar y sentimientos de rechazo, lo que los puede orillar a la violencia, el robo y otros delitos.

Señaló que rescatar a un adicto es extremadamente difícil y costoso, la educación preventiva resulta el camino más lógico y eficaz; al emplear métodos educativos no coercitivos, se obtienen más ventajas que benefician a la sociedad en su conjunto, ya que al disminuir el número de adictos, mejora la calidad de vida familiar, se obtienen mejores resultados tanto escolares como laborales y se disminuye el índice de delincuencia.

Las personas que deseen contactar con la institución para informarse sobre cursos y la aplicación del modelo en su localidad, pueden hacerlo llamando al número telefónico: 01 (55) 17 42 20 89 o enviar un mensaje electrónico al correo: [email protected]