México, Distrito Federal
Sábado 5 de Abril de 2008.
Con la aplicación de esta medida de ahorro de energía, el año pasado se dejaron de consumir en el país 1,278 millones de kilowatts-hora, lo que equivale al consumo total anual del Estado de Colima o el de Baja California Sur.
Además, la demanda de electricidad se redujo en 822 megawatts –equivalente a poco más de la capacidad instalada en la termoeléctrica de Altamira, Tamaulipas, que es de 800 MW-, lo cual permitió diferir inversiones por más de 8 mil 935 millones de pesos, que hubieran sido indispensables para la construcción de nuevas plantas generadoras.
Si se considera que más del 75 % de la energía eléctrica que consume el país es generada mediante combustibles fósiles, tales como el gas natural, combustóleo, carbón y diesel, con el Horario de Verano se evitó en 2007 la quema de 3 millones 97 mil barriles equivalentes de petróleo.
El Horario de Verano forma parte de un conjunto de medidas de ahorro de energía de alcance nacional, como el Programa de Normalización, consistente en la elaboración y aplicación de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) de eficiencia energética para más de ocho millones de equipos y aparatos que más energía consumen y que se comercializan cada año en México.
El cambio de horario, que se aplica en más de 90 países del mundo, en el caso de México constituye una medida eficaz de ahorro de energía, orientada a la conservación de los recursos naturales, la modernización del sector productivo, la protección al medio ambiente y la racionalización de inversiones en generación de electricidad.
Corresponde a la Secretaría de Energía (Sener) administrar y coordinar la aplicación del Horario de Verano en el territorio nacional, mientras que la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae) y el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) colaboran realizando los estudios para cuantificar los ahorros obtenidos a nivel nacional y en la difusión de la medida.
Conviene señalar que, como en 2007, México mantendrá este año la aplicación del Horario de Verano de siete meses -del 6 de abril al 26 de octubre-, a diferencia de Estados Unidos, en donde continuará siendo de ocho meses: del 9 de marzo al 2 de noviembre.
A la fecha, no han sido publicados los resultados del ahorro de energía en Estados Unidos, derivados de la ampliación del Horario de Verano de 7 a 8 meses. Sin embargo, estudios realizados por la Comisión de Energía de California indican que durante la transición del mes de marzo, podría alcanzarse una reducción en el pico de la demanda del orden de 3% (Adrienne Kandel; Electricity & Demand Análisis División; California Energy Comisión).
Según estudios realizados por el FIDE, ampliar el actual período de duración del Horario de Verano en México sólo representaría un ahorro marginal de energía, en virtud de la ubicación geográfica de nuestro país.
Asimismo, es importante mencionar que la aplicación del Horario de Verano está regido por la Ley del Sistema Horario y un Decreto del Congreso de la Unión, por lo que es necesario tramitar ante el Legislativo cualquier modificación al respecto.
El Artículo 5 de dicha Ley indica que “Cualquier propuesta de establecimiento o modificación de horarios estacionales deberá ser presentada al Honorable Congreso de la Unión, a más tardar el 15 de noviembre del año inmediato anterior al que se pretende modificar el horario. El decreto respectivo deberá ser emitido a más tardar el 15 de diciembre del mismo año”.