Numeralia en el Día Internacional de la Mujer: 54 millones de mujeres en México.

México, Distrito Federal
Sábado 8 de Marzo de 2008.

Actualmente 54 millones de los 106.4 millones de habitantes del país son mujeres, lo que representa 50.8 por ciento de la población nacional. Su número duplica al registrado en 1972, cuando eran 26.9 millones, de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Como consecuencia del descenso de la fecundidad y la mortalidad en los últimos decenios, grandes transformaciones demográficas han modificado no sólo el tamaño, sino también la estructura por edad de la población. En 1970, 46.4 por ciento de las mujeres tenía menos de 15 años y 48.6 por ciento estaba entre 15 y 64 años. En la actualidad las niñas y adolescentes representan 28.9 por ciento de la población femenina, mientras las jóvenes y adultas en edad laboral son 65.1 por ciento. Por su parte, el peso relativo de las mujeres de la tercera edad (65 años o más) aumentó de 4.9 a 5.9 por ciento.

Los hogares encabezados por mujeres tuvieron un considerable incremento: en 1976, 13.5 por ciento de los hogares mexicanos tenía jefatura femenina, tres décadas después esta cifra se ha incrementado a 23.3 por ciento. En vista de que poco más de una quinta parte de los hogares mexicanos se caracteriza por estar dirigidos por una mujer, las políticas sociales deben favorecer la compatibilidad de las funciones de madre, esposa o jefa de familia con los de trabajadora.

Las mujeres que son jefas de familia enfrentan la doble necesidad de obtener ingresos suficientes para sus familias y atender las responsabilidades del cuidado y crianza de sus hijos, e incluso de otros familiares mayores.

La inserción de las mujeres en la actividad económica ha crecido de manera sostenida durante las últimas décadas. La proporción de la población femenina mayor de 12 años de edad que participa en actividades económicas se incrementó de 17.6 por ciento en 1970, a 35.4 en la actualidad. Se espera que este año aumenten en alrededor de 291 mil las mujeres que se insertan a la fuerza laboral del país.

Actualmente, estas mujeres se desempeñan como trabajadoras remuneradas y por cuenta propia (63.6 y 22.6%, respectivamente), y en menor grado como empleadoras (2.6%); sin embargo, 11.2 por ciento realiza actividades económicas sin recibir una remuneración por su trabajo.

Si bien las condiciones laborales ahora son más equitativas que en el pasado, aún persiste la desigualdad de género: 38.2 por ciento de la población masculina ocupada percibe hasta dos salarios mínimos, mientras que la proporción de mujeres trabajadoras en esas mismas condiciones se incrementa a 56.1 por ciento.

El descenso de la fecundidad, uno de los principales determinantes del cambio demográfico, se ha traducido en una significativa reducción del tiempo que las mujeres dedican a la crianza y cuidado de sus hijos. En 1970 una mujer destinaba 22.2 años de su vida a la crianza de siete hijos, hoy invierte poco más de 13 años al cuidado de dos hijos.

Este descenso es muestra del mayor conocimiento y control de las mujeres sobre su vida sexual y reproductiva y, por lo tanto, de los avances en el ejercicio de los derechos reproductivos, lo que facilita el ejercicio de otros derechos de ciudadanía. Este cambio trascendental para la vida de las mujeres, las familias y la sociedad también se refleja en el uso de métodos de regulación de la fecundidad. Actualmente cerca de tres de cada cuatro mujeres unidas en edad fértil (15-49 años) utiliza algún método anticonceptivo.

Por su parte, la disminución de los niveles de mortalidad ha sido el resultado de la expansión de la cobertura geográfica de los servicios de salud, su mayor penetración en los distintos grupos sociales, así como el aumento de aceptación y práctica de la medicina preventiva. Se destaca el incremento en la esperanza de vida de la población, que pasó de 35.9 años en 1930 a 75.1 años en 2008. Este ha sido mayor para la población femenina, que aumentó en más de 40 años, al pasar de 36.9 a 77.5 años en el mismo periodo, mientras que la esperanza de vida masculina se incrementó de 34.9 a 72.7 años.