Abre sus puertas el Museo Nomádico de Gregory Colbert “Ashes and Snow”.

México, Distrito Federal
Martes 22 de Enero de 2008.

Fue abierto al público en general el museo Nomádico, donde se exhibe la odisea personal de Gregory Colbert, “Ashes and Snow”, conformada por 53 imágenes recabadas en más de 16 viajes a la India, Egipto, Birmania, Tonga, Sri Lanka, Namibia y Kenia.

Desde el pasado sábado familias, visitantes nacionales y extranjeros, se han dado cita en la plancha de la Constitución (Zócalo de la Ciudad de México), para ingresar a esta estructura de bambú, con el objetivo de admirar y contemplar las obras artísticas del creador canadiense.

Cualquier persona puede disfrutar de esta experiencia cultural de manera gratuita hasta el 27 de abril.

Sin importar status social o lugar de procedencia, las personas que ingresan a este museo quedan impactadas y asombradas, luego de contemplar las obras de Gregory Colbert, donde se demuestra la relación con la naturaleza y equilibrio entre la naturaleza, animales y los seres humano.

Entre el caminar de los asistentes se refleja la sonrisa y admiración, al observar el equilibrio y convivencia que plasmó el artista en 53 fotografías que se complementan con tonos sombríos en sepia sobre papel japonés hecho a mano; de seres humanos que conviven e interactúan con animales como: elefantes, monos, ballenas, perros salvajes, chitas, entre otros; al tener como escenario el mar y paisajes naturales de los lugares que recorrió.

[img align=left]http://www.zumpangolandia.com/uploads/img4795ad23be37c.jpg[/img]Los sentimientos de tranquilidad y asombro de los visitantes a esta estructura de bambú, cuyas raíces fueron colocadas hacia el cielo, aumentan al observar las tres películas realizadas por el artista en 35 milímetros, proyectadas en tres pantallas que se localizan al centro y parte trasera del museo, respectivamente, ya que de acuerdo con el compás de la música de fondo, los humanos conviven con animales y la naturaleza, como el juego entre una mujer y la cría de un elefante en medio de la manada, teniendo como escenario un río.

Asimismo, dentro de estas proyecciones se contempla la danza en lo profundo del mar de un hombre con ballenas, monos que beben agua de las manos de humanos, felinos que contemplan y se relajan en las arenas del desierto al tener como compañeros a un niño y mujer, entre otros; al ser acompañadas por narraciones poéticas de Gregory Colbert, que demuestran un mundo que no tiene ni principio, ni fin, ni un aquí, ni un allá, ni un pasado, ni un presente.

Una vez adentro, los niños no quieren salir de este museo que ocupa 5 mil 130 metros cuadrados, al dividirse en dos galerías, tres teatros distintos, además de admirar las salientes llenas de agua sobre las cuales los trabajos artísticos están suspendidos entre columnas de bambú, las diáfanas cortinas hechas a mano que cuelgan del techo y un millón de bolsitas de té pegadas que vienen de Sri Lanka.

Tanto en las inmediaciones, como al interior del museo se encuentra un dispositivo de seguridad por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y privada, que controlan el acceso y salida de los visitantes, así como para mantener el orden.

El ingreso a esta estructura cultural -cuyo horario de cierre es a las 22:00 horas- es por bloques de aproximadamente 150 personas, dando preferencia a personas con capacidades diferentes; y con un tiempo de recorrido de entre 20 y 30 minutos. Se recomienda a los visitantes no llevar cámaras de video o fotográficas ya que no se permite su ingreso.

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