Se suicidó un padre de familia de 46 años en la unidad CTC Pinturas de Zumpango.

Zumpango, Estado de México
Miércoles 26 de Diciembre de 2007.

Carlos García Flores, habitante del municipio de Zumpango fue encontrado por su esposa colgado de una ventana, en el interior de su domicilio durante la víspera de Navidad.

Griselda Vélez Zamora, de 31 años de edad, relató a las autoridades judiciales que ella salió de su domicilio ubicado en calle Girasoles manzana 6 lote 1, en la unidad CTC Pinturas, barrio San Lorenzo, en Zumpango para realizar compras.

A su regreso (aproximandamente a las 18:00 horas) y luego de 4 horas de ausencia, encontró fuera de la casa a sus dos hijos, quienes le dijeron que su papá había entrado al baño y no les abría la puerta.

Agregó, que al tratar de hablar con su esposo y no recibir respuesta decidió forzar la puerta del baño con un desarmador, y luego de abrir, encontró a su pareja colgado de la ventana con un lazo de nylon atado al cuello.

Con unas tijeras la mujer cortó el lazo e intentó reanimar a su marido sin lograrlo. El ahora occiso no dejó recado póstumo y su viuda desconoce lo que motivó a García Flores a quitarse la vida. Los hechos quedaron asentados en la averiguación previa ZUM/I/2286/07 por el delito de homicidio.

Depresión, enfermedad mental que afecta el organismo y estado de ánimo.

La doctora Inés Nogales Imaca, adscrita a la Clínica de Trastornos Emocionales de Consulta Externa del Hospital Psiquiátrico Infantil “Doctor Juan N. Navarro”, de la Secretaría de Salud, señaló que durante esta época navideña es muy común que la población en general sienta nostalgia, tristeza y hasta un poco de “sentimiento de culpa” por no haber cumplido sus propósitos.

Si la tristeza se prolonga en el tiempo o sus síntomas se agravan impidiendo el desarrollo adecuado de la vida cotidiana, se puede convertir en un trastorno depresivo.

A pesar de que no todas las personas experimentan lo mismo, los síntomas comunes van desde un estado de ánimo triste, ansioso o “vacío” en forma persistente, hasta pensamientos de muerte o suicidio, acompañados de desesperanza, pesimismo, sentimientos de culpa, de inutilidad, desamparo, pérdida de interés o de placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban.

Puede haber disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar “en cámara lenta”, dificultad para concentrarse, recordar, tomar decisiones, insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta, pérdida de peso, apetito o ambos o, por el contrario, comer más de lo habitual y aumento de peso, así como síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otras alteraciones crónicas.

La depresión severa es más común entre los 15 y 30 años, pero puede presentarse a cualquier edad, incluso en niños y ancianos. Los factores psicológicos, biológicos, ambientales y circunstanciales influyen en su desarrollo porque en algunas familias se presenta en cada generación.