Tejupilco, Estado de México
Lunes 10 de Septiembre de 2007.
Explicó que el objetivo de los apicultores fue dar atención a una sociedad más demandante de productos que no causen daño a la salud pública, por lo que recibieron capacitación sobre caracterización de la miel, ubicación e instalación de apiarios, alimentación, sanidad, cosecha, personal, limpieza e higiene; además de acatar las recomendaciones de mejora de sus unidades de producción, mismas que recibieron una verificación exhaustiva por parte de la Sagarpa.
El funcionario estatal recordó que en mayo pasado, otros 34 apicultores mexiquenses recibieron el reconocimiento; por lo que a la fecha suman 58 productores que ratifican el respeto y compromiso con los consumidores y clientes, al ofrecerles miel libre de sustancias ajenas a la naturaleza y pureza del producto.
Destacó que la miel es un producto puro y natural, que posee cualidades nutricionales y terapéuticas que no debe contener aditivos y sustancias ajenas a su composición, y subrayó que de continuar con el fortalecimiento de este concepto, los apicultores mantendrán las ventas en los mercados actuales y tendrán la posibilidad de abrir nuevas rutas de mercados nacionales e internacionales.
Zepeda Espinoza indicó que la apicultura es una actividad con alto valor social y económico de la cual viven familias mexiquenses, que anualmente producen más de mil toneladas de miel, además de proveer de los derivados de la misma, como jalea real y propóleo, entre otros.
El director de Sanidad Agropecuaria señaló que además de los 58 reconocimientos en Buenas Prácticas de Producción de Miel, se suman los 11 entregados en la engorda de bovino, 3 más en producción, uno en manufactura de trucha y otro en producción de frambuesa; en breve se otorgarán reconocimientos a granjas porcícolas y se recertificará a más de 100 productores que han solicitado incorporarse a los trabajos de inocuidad.
Finalmente, Zepeda Espinosa hizo un reconocimiento al Comité de Fomento y Protección Pecuaria del Estado de México, que se encargó de capacitar y atender las necesidades de los productores, al tiempo que reconoció la suma de recursos económicos y voluntad de los gobiernos federal y estatal para incrementar la producción la miel y mantener la confianza de los consumidores a los alimentos cosechados en el campo mexiquense.