8.5 millones de mexicanos tienen 60 años o más.

México, Distrito Federal
Martes 28 de Agosto de 2007.

De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), actualmente residen en México 8.5 millones de personas de 60 años o más, y para el 2030 se espera que sean 20.7 millones, en tanto que para la mitad del siglo alcanzarán, según lo previsto, 33.8 millones. Esto se reflejará en el aumento de las proporciones de adultos mayores en las próximas décadas: en 2007 la proporción es de 8.0 por ciento; se incrementará a 17.1 por ciento en 2030 y a 27.7 por ciento en 2050.

El proceso de envejecimiento demográfico ocurrirá en nuestro país en un lapso bastante menor al observado en países más desarrollados y en un contexto socioeconómico menos favorable. De acuerdo con la revisión de 2006 de las estimaciones y proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas, la proporción de población envejecida para las regiones más desarrolladas del mundo aumentará de 11.7 por ciento en 1950 a 32.6 por ciento en 2050. Así, el proceso que a los países más desarrollados les ha tomado un siglo (incrementar la proporción de personas de la tercera edad en 20.9 puntos porcentuales), a México le tomará la mitad del tiempo, al pasar de 6.8 a 27.7 por ciento entre 2000 y 2050.

De esa manera, México se transformará paulatinamente en un país con más viejos que niños. Actualmente, por cada 28 personas de la tercera edad hay 100 menores de 15 años, en menos de 30 años (2035) habrá la misma cantidad de niños y de viejos, mientras que en 2050 el país tendrá 165 adultos mayores por cada 100 niños.


Es importante destacar que la vejez tiene un rostro predominantemente femenino. A pesar de que nacen más hombres que mujeres, la relación tiende a igualarse a determinada edad (entre 20 y 24 años en México) debido a que en todos los grupos de edad los hombres mueren más que las mujeres, lo que incide en una mayor proporción de ellas en las edades adultas y, sobre todo, en las avanzadas. Entre las personas de 60 a 64 años hay 112 mujeres por cada 100 hombres, y llega a alrededor de 125 por cada 100 entre 75 y 79 años.

La educación impacta directamente en la calidad de vida de la población y los adultos mayores no son la excepción. Quienes enfrentan la vejez con un nivel de instrucción adecuado poseen más herramientas para responder activamente y adaptarse a los retos y oportunidades de esta etapa del curso de vida. Si bien en México se han logrado incrementos sustantivos en el nivel educativo de la población, los adultos mayores son depositarios de los rezagos acumulados por décadas, lo que los ubica en una situación de desventaja con respecto a otros grupos. Así, por ejemplo, las personas entre 15 y 19 años tienen una tasa de analfabetismo de apenas 1.9 por ciento; mientras que casi una tercera parte de los adultos mayores (28.5%) es analfabeta.

Una alta proporción de adultos mayores permanece en la actividad económica después de cumplir la edad de retiro: 34.8 por ciento de los adultos mayores trabaja, alrededor de 73 por ciento de los hombres de 60 a 64 está ocupado, e incluso uno de cada cinco hombres de 80 años sigue trabajando. Además, a pesar de que las tasas de participación femenina son inferiores a las de los varones, casi 19 por ciento de las mujeres de más de 60 años permanece en actividad.

El empleo informal no se presenta solamente entre las personas en edades avanzadas, aunque es en este grupo donde alcanza proporciones muy altas. Más de 80 por ciento de los adultos mayores (79.2% de los hombres y 85.0% de las mujeres) tiene un trabajo considerado como informal, caracterizado por bajos niveles de productividad e ingresos y la ausencia de prestaciones sociales esenciales.

El envejecimiento de la población implica una mayor demanda de servicios de salud, debido a que en este grupo de edad se presentan las mayores tasas de morbilidad y necesidades de atención médica de toda la población. Las enfermedades crónico–degenerativas son de más larga duración, implican terapias y medicamentos más costosos y se asocian a periodos de hospitalización más prolongados. Relacionado con el traslado de la mortalidad a las edades avanzadas, en 2005 las tres principales causas de muerte entre los hombres de 60 años y más fueron, en primer lugar, las enfermedades cardiovasculares (29.5%); en segundo lugar las neoplasias malignas (14.5%), y en tercer lugar la diabetes mellitus (14.0%).

Entre las mujeres, las tres primeras causas de muerte fueron: cardiovasculares (32.1%), diabetes mellitus (18.4%) y las neoplasias malignas (12.9%). El cuidado de las personas envejecidas en México recae principalmente en la familia, por lo que la composición del hogar en el que residen los adultos mayores puede incidir de forma importante en su bienestar físico y emocional. Con base en el Conteo de Población 2005, en México hay cerca de 25 millones de hogares y uno de cada cinco tiene como jefe de hogar una persona con 60 años o más (20.5 %). El porcentaje de hogares donde sólo residen adultos mayores es bastante menor, alrededor de uno de cada quince (6.4 %), lo que indica que la mayoría de los adultos mayores en México reside con otros familiares de menor edad.

El incremento de la población en edades avanzadas se traducirá en presiones hacia las instituciones públicas de seguridad social, tanto en el ámbito de las pensiones como en el de la atención a la salud. Esta transformación también comprometerá la viabilidad de las distintas formas de apoyo familiar a la vejez, en las que ha descansado principalmente el sostenimiento de la población en edades avanzadas en México. El envejecimiento de la población también obligará a profundos cambios culturales, que necesariamente pasarán por una redefinición del significado social de la vejez y de las formas de integración social y cultural de los adultos mayores.