Perforaciones en el Cuerpo – “Piercing”.

Valle de México
Viernes 24 de Agosto de 2007.

Las perforaciones en el cuerpo son muy comunes hoy en día; es difícil caminar por la calle o ir al supermercado sin encontrar a alguien, especialmente a jóvenes, que tenga una.

No obstante, esas prácticas se han realizado desde épocas muy antiguas. Los griegos, los romanos y los egipcios se dedicaban con empeño al arte corporal, que incluía perforaciones y tatuajes. Los utilizaban para adornar su cuerpo, para marcar jerarquías o como protección contra algún mal. Aunque esta costumbre se ha manifestado en diferentes culturas, son muchos los riesgos que conlleva, pues finalmente implica la presencia de un objeto extraño en el cuerpo.

Perforarse es una decisión importante que requiere tomar conciencia de las posibles complicaciones que pueden presentarse y de lo que podemos hacer para evitarlas.

Riesgos:

Entre los riesgos más importantes al respecto se encuentran: las infecciones crónicas; las reacciones alérgicas a las joyas utilizadas; los sangrados prolongados o incontrolables; inflamación o pérdida de sensibilidad en nervios; cicatrización queloide (cicatrices gruesas), y abscesos (acumulaciones de pus que se pueden formar debajo de la piel perforada).

Las infecciones resultantes pueden ser causadas por los virus de la hepatitis B y C, el VIH, el tétanos, y algunas bacterias y hongos. El riesgo de contraer una infección disminuye si la perforación se realiza en condiciones higiénicas y se siguen los cuidados posteriores; sin embargo, hay que recalcar, el riesgo nunca desaparece. Las infecciones causadas por bacterias, por ejemplo, pueden ocurrir incluso cuando la perforación ya ha cicatrizado.

Hay que saber que algunos lugares del cuerpo son más problemáticos que otros, por tener mayor susceptibilidad a las infecciones; por ejemplo, las infecciones son una complicación común en la nariz y la boca, ya que ahí habitan muchísimas bacterias.

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El ombligo también se infecta fácilmente (aunque la causa reside en el contacto con la ropa ajustada). El tiempo de cicatrización tampoco es igual en todas partes del cuerpo, y puede ir desde una semana hasta más de un año. Esto se debe a que los tejidos son diferentes en cada zona.

Buscar un lugar adecuado para realizar la perforación es una de las principales medidas para disminuir el riesgo. Es importante que el sitio elegido se encuentre limpio, iluminado, que cuente con equipo de esterilización y que el material se almacene correctamente empaquetado.

Nunca dudes en preguntar si observas algo extraño. Lo más seguro es asistir con un perforador que cuente con una licencia expedida por la Asociación de Perforadores Profesionales (APP); esto garantizará cierto nivel de experiencia. Hay que estar muy pendientes de que el perforador tome las medidas sanitarias correspondientes: que se lave las manos con un jabón germicida, que use guantes de látex, que el material se encuentre esterilizado y sea desechable, y que no utilice perforadora, ya que no puede ser esterilizada.

También hay que considerar el tipo de joya a utilizar; las hay de materiales como acero quirúrgico, titanio, niobo u oro. Las más recomendables son las de acero quirúrgico, porque tienen menos posibilidades de producir alergias, además de que son más baratas. Las personas extremadamente sensibles pueden recurrir a las joyas de teflón o nylon.

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Algunos pasos que se pueden seguir para disminuir las posibles infecciones son:

· Lavarse las manos antes de tocar o limpiar la zona perforada.

· No lavar la zona en exceso, ya que puede producir irritación.

· Remover la costra con agua tibia.

· No utilizar ungüentos antibacterianos porque no permiten que llegue el aire a la zona y, además, atrapan a las bacterias.

· No utilizar agua oxigenada porque puede destruir el tejido que se está formando.

Si la perforación no se cura correctamente o sientes que algo no está bien, es necesario consultar a un médico.

Lo más importante es tomar una decisión consciente, inteligente y responsable, evaluando todas las ventajas y desventajas de tener una perforación.