Milagros Caninos, refugio contra la crueldad de amos.

México, Distrito Federal
Domingo 11 de Enero de 2009.

Entre perros quemados, mutilados, desnutridos, con cáncer, atropellados, abandonados, con sarna o tumores, golpeados, viejos, ciegos, incluso salvados de ser sacrificados, y drogados o víctimas de abuso sexual por personas, Paty España lleva más de 4 años salvando vidas de canes en peligro de muerte a través de la asociación Milagros Caninos.

Es un santuario para perros en situación extrema “donde se les da la oportunidad de llevar una vida digna, con comida, techo, espacios para correr y jugar, y sobre todo, amor”, explica la fundadora de Milagros Caninos. “Aquí no hay perros amarrados; están separados por áreas según su padecimiento: sin patas y/o músculos atrofiados, con cáncer, ciegos y de la tercera edad”.

Paty España asegura que ha recogido a más de 100, los cuales se han ido muriendo -para sepultarlos también tienen cementario- y otros fueron adoptados. Entre ellos destaca el más longevo: El Can, de más 18 años (eso significa casi 100 años con respecto al ser humano), quien estuvo encerrado en un baño por 15 años. Al rescatarlo no sabía caminar y sus músculos estaban atrofiados.

Otro caso de crueldad es Barquillo: fue violado, drogado y le sacaron un ojo, pero ya se encuentra mejor y en recuperación después de quitarle su adicción a los solventes. Un caso extremo es Pastel, un chow-chow negro a quien unos judiciales le echaron ácido en la cara, pero cuya piel ya casi sana.

Ancianos o personas con alguna discapacidad, como Yoshi Watanabe, quien padece síndrome de Down y es “gerente del área de juegos” ayudan con el cuidado de los canes. También hay una mujer con parálisis cerebral, Rosita Romero, quien es la encargada de las caricias. Incluso, algunos perros de Milagros Caninos sirven como terapeutas en asilos de ancianos.

También aquí laboran los hermanos Julio y Concepción Romero, encargados, desde el nacimiento de la fundación, del aseo de toda la zona, y quienes habitan en una casa en el santuario ubicado en Xochimilco.

Julio explica que es muy difícil cuidar a todos los perros, pero es muy satisfactorio. Por su parte, Concepción señala: “sólo hay que darles amor, porque es lo que más necesitan, vienen muy traumados, como ´radiografías´. Son muy maltratados por la gente, pero aquí se recuperan rápido, como Huesos, que de huesos sólo le quedó el nombre”.

La organización nació a partir de que en abril del 2004 murió Clavo, el salchicha de Paty España. “Mi amor por los perros es muy grande y empecé a sentir la necesidad de ayudar a quienes lo necesitaran. Primero rescaté a uno, luego a otro y a otro, todos eran perritos sufriendo. Mi debilidad por los canes viejos, enfermos o que habían sido maltratados hicieron que mi sueño de crear un hogar para perros con capacidades diferentes, se hiciera realidad”, relata.

Bobi fue el primer perro que rescató de la calle y ahora vive en su casa. Cuando lo encontró estaba en “huesos” -ahora pesa 11 kilos-, amarrado con una cadena, ya no podía levantarse. “Estaba muriendo. Su cuerpo ya no respondía. Totalmente desnutrido, deshidratado y enfermo por estar expuesto a la lluvia y al sol durante mucho tiempo. Estuvo con suero y se fue hidratando y recuperando poco a poco”, recuerda Paty.

La organización sólo obtiene recursos “del bolsillo de mi esposo (el ex futbolista Miguel España). Si no le dan equipo no tendremos dinero y Milagros Caninos desaparecerá”, advierte.

Por eso, la asociación tiene un programa de apadrinamiento de perros, para que haya quien se encargue de todo su cuidado con la donación en especie o de dinero. Milagro Caninos, señala su fundadora, busca “dar la última oportunidad a los perros, para que en el tiempo que les quede tengan una vida digna”.

Paty España lamenta: “En México no hay cultura para tratar a los animales. Hay crueldad, la gente cree que son objetos y juguetes y pueden hacerles lo que quieran, cuanto lo que más necesitan es amor. Hay personas que no tienen en quién sacar sus frustaciones, y lo hacen con quien no puede defenderse”. Por eso, aboga por derechos de los animales: “Tienen derecho a comer, a ser felices, a tener tranquilidad, estoy en contra de que los hagan sufrir”.