Transtornos alimenticios en adolescentes, preocupación del DIF Estado de México.

Toluca, Estado de México
Sábado 13 de Diciembre de 2008.

Los trastornos alimenticios propician una disminución en la calidad y promedio de vida de los jóvenes, afectando de forma notable la dinámica familiar, al provocar enfermedades derivadas de la carencia de nutrientes, así como por una alimentación excesiva en grasas y carbohidratos, como por ejemplo diabetes o hipertensión, de ahí la importancia que para el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM), tiene la atención integral a este tipo de alteraciones relacionadas con los aspectos emocionales, señaló Laura Barrera Fortoul, directora general del sistema.

Al respecto, Francisco López Millán, director de Prevención y Bienestar Familiar del DIFEM, en el marco de la última reunión de promotores municipales, señaló que en muchas ocasiones, la falta de cuidado a la salud se da desde la gestación de una nueva vida y se prolonga en la infancia. En este contexto, los trastornos alimentarios afectan cada vez más a un mayor número de jóvenes y sus consecuencias se prolongan en el tiempo.

Jesús Bermeo Méndez, subdirector de Salud Mental de la Dirección de Prevención y Bienestar Familiar, dictó la conferencia Trastornos Alimentarios en los Adolescentes, en la cual dijo que éstos se caracterizan por severas alteraciones del comportamiento hacia la alimentación y una preocupación irracional y excesiva hacia la forma corporal.

Expuso que actualmente se reconocen enfermedades conocidas como la anorexia y bulimia nerviosas, trastornos de conducta alimentaria no específica, por atracón, así como algunos que tienen su origen en la infancia.

Precisó que las mujeres son afectadas en mayor medida por estos trastornos, que provocan alteraciones en la menstruación, un aumento de 5 por ciento de mortalidad, daños en la piel, hinchazón, disminución cardiaca, anemia, carencia de leucocitos, que son células sanguíneas que favorecen la defensa contra infecciones, así como pérdida de electrolitos y glucosa sanguínea, además de bajo nivel de estrógenos, entre otras consecuencias.

Dijo que la atención necesariamente deben ser multidisciplinaria para revertir en lo posible daños físicos, atender el aspecto emocional que rodea al paciente y a su familia, así como el ámbito comunitario y social que influye en esta situación, ya que regularmente los padecimientos duran aproximadamente 15 años, debido a que en muchas ocasiones se da una negación por parte de la familia u ocultamiento de los mismos jóvenes que padecen los trastornos alimentarios.