Enrique Peña Nieto participa en la novena edición del Foro de Biarritz Estado de las Relaciones Europa–América Latina.

Biarritz, Francia
Lunes 3 de Noviembre de 2008.

La presión demográfica, la pobreza y desigualdad social, así como la presencia creciente de grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas, son las tres principales causas de la inseguridad y el crimen organizado en México, que ha provocado este año más de 4 mil 700 homicidios, afirmó Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México.

Al iniciar su participación en la novena edición del Foro de Biarritz, en el taller Gobernabilidad y Seguridad, el mandatario mexiquense advirtió que ante este panorama es necesario cumplir dos condiciones para contener esa problemática en nuestro país y en América Latina: alentar la participación social y lograr una mayor fuerza policiaca.

Si encontráramos en cada ciudadano “un denunciante, un coadyuvante a la investigación y a la prevención del delito, tendríamos más ojos, mirando el entorno y ayudando al Estado a prevenir el delito”, sentenció el gobernador ante políticos, investigadores, funcionarios públicos y periodistas de países como España, Francia, Colombia, Chile y Ecuador que participaron también en la mesa.

Dijo que la presión demográfica genera un ambiente de reestructuración del tejido social que debe atenderse con más y mejores programas sociales, mientras que la desigualdad social, agrava y es terreno fértil para propiciar un clima de inseguridad.

Ante Carlos Mesa, ex presidente de Bolivia y presidente del taller, Alejandro Pizarroso, director de la Universidad Complutense de Madrid y Gustavo Jalkh, ministro de Justicia de Ecuador, entre otros ponentes, Peña Nieto precisó que Gobernabilidad y Seguridad son indisolubles, porque para “mantener condiciones de gobernabilidad, es indispensable mantener un clima de seguridad, y cuando se incrementa la inseguridad se vulnera al Estado y el orden social y de libertades en el que pretende vivir toda nación”.

En esta ciudad ubicada a 20 kilómetros de la frontera con España y bañada por el mar cantábrico, afirmó también que el crimen organizado internacional representa una amenaza para las sociedades democráticas, pues pone en riesgo sus bases de desarrollo, de estabilidad y de gobernabilidad.

El gobernador se pronunció porque los Estados inviertan mayores recursos para crecer el aparato de la seguridad pública, con una mayor profesionalización de sus policías, con más armamento, con nuevas tecnologías para la prevención de delito, pero, fundamentalmente, con una mayor fuerza de la policía para enfrentar al crimen organizado.

Al respecto, destacó que “gobierno y sociedad deben trabajar juntos para construir una nueva cultura social sobre la prevención del delito”, pues ésta es un instrumento básico para construir una sociedad segura. “Ciudadanos y autoridades deben participar corresponsablemente”, agregó.

Para abrir el debate, Yuri Chillan, secretario general de la Alcaldía de Bogotá, Colombia, presentó el documento Seguridad Colectiva: Nueva Política de Seguridad Hemisférica para América Latina, que advierte que Latinoamérica requiere una nueva política de seguridad hemisférica que le permita pasar de la seguridad defensiva de la guerra fría, a la seguridad colectiva de la nueva era.

Esta seguridad colectiva, añadió Chillan, debe reiterar, como suyos, los principios que han inspirado por años la convivencia internacional latinoamericana: el respeto de los derechos humanos, la no intervención en los asuntos internos de los Estados, el sometimiento a los tratados internacionales y la solución pacífica de controversias.

Según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el nivel de satisfacción de los latinoamericanos con sus democracias pasó del 62% al 52% al finalizar el siglo XX.

Hizo hincapié que cada hora se comete un secuestro en América Latina; el número de homicidios, 90 mil al año, es trece veces superior a la media mundial, siendo la violencia la principal causa de muerte entre los 15 y los 44 años. En total esa ola conflictiva cuesta a América Latina cerca de 30 mil millones de dólares al año.

Según el estudio, uno de cada tres latinoamericanos no confía en su policía y el narcotráfico es una de las principales amenazas en la región, actividad que mueve más de 400 mil millones de dólares anuales en el mundo.

En América Latina existen 500 millones de armas ligeras en poder de ciudadanos, de las cuales 300 millones son ilegales lo que explica porque tiene el mayor índice de homicidios en el mundo; además, hay en el área 1.6 millones de guardias de seguridad pagados y otros 2 millones sin contrato oficial.

Por lo anterior, manifestó que la seguridad es una condición para el desarrollo de Latinoamérica, donde Europa podría enriquecer la agenda de preocupaciones regionales como la adopción de un modelo alternativo de desarrollo orientado hacia la competitividad en lo económico y la inclusión en lo social o la creación no menos importante de una red política de gobernabilidad democrática.

El gobernador Enrique Peña Nieto asistió también a la conferencia debate: Europa-América Latina frente a la Crisis, moderada por el ex presidente peruano, Alejandro Toledo, con la presencia de Ricardo Lagos, ex presidente de Chile y Alain Juppé, ex primer Ministro de Francia –con quienes también tuvo encuentros- así como de Rodrigo de Rato, ex director del FMI España.

Por la mañana, se reunió con Leonel Fernández, presidente de la República Dominicana, con quien intercambió puntos de vista sobre temas de transporte, desarrollo urbano y la aplicación de programas sociales.

Este martes, continúa el Foro de Biarritz que tiene por objetivo analizar el estado de las relaciones entre los dos continentes y proponer aportes que faciliten una mejor comprensión de las problemáticas y realidades comunes.